Existe la anécdota hecha sorpresa, la casualidad de un encuentro, ese momento incomprensiblemente especial, distinto, extraño, misterioso, mágico…
Existe la distancia y el abrazo cercano. Existe la disputa y el arreglo esperado. Existen los sueños y lo posible de lo lejano. Existe la distancia y el recuerdo intenso. Existe lo difícil, lo impropable, lo bello. Existe el miedo y la firmeza del intento. Existe la duda y lo profundo de una palabra. Existe el despiste y el te echo de menos. Exite también el carácter y la caricia de un dedo. Existen los momentos y, en especial, el de un encuentro. Existen los días y el minuto exacto. Existe la vida y la gente que te la regala. Existen la amistad y la amiga que no falla. Existe el amor y la persona que te ama. Existe el proyecto y la vida para abrazarla.
Y cuando uno encuentra a alguien en quién convive todo eso, no tiene duda… se da cuenta de que también existe: la fortuna.
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